Acto III

¿En qué lugar se inventa la realidad?

¿Existe un árbol de la realidad?

¿Existe una grieta en la llanura?

¿Una garganta?

¿Una pluma?

¿Un yo?



Universo Fabulario
Teatro de Cuentos

Acto III: ARCA Y CAMINO



ÍNDICE & PULGAR


EL ARCA DE NOEL

Dirá Pancho Sanza

En el lugar del Encuentro

Dirá Noel

Dirá el Hacedor de Textos para Infantes

Un poco de lluvia

Cuenta el Diablero que el Diablero dice

Incidentes que sugieren la llegada de algún diluvio

Sueños apócrifos de Noel

Dirá el Diablero a Noel

De dónde salió la noticia del diluvio que se venía

Definiciones

El Arca


EL LARGO CAMINO AL CAMINO DE LAS ÁNIMAS

DESPELOTARIO

En las Tierras del Sinseñor

En las Tierras del Sinsentido

En las Tierras del Sincero, del Sinuno y del Sindios

Sueña Dios







Dirá Pancho Sanza

Dirá Pancho Sanza: No se llega al pueblo soñado dando golpes sobre el lomo del mundo; se llega aceptando longitud para el tiempo, dando un paso hoy y otro mañana.

De este modo, al arribar al pueblo soñado, en la historia de sus calles comprobaremos que sus sombras serán la nuestra. Y entonces, acaso, seamos sueño en los sueños de otros.

Alguien ha contado que La Ley de Temper, en su típico tenor imbécil, postula: “Siempre se llega a un pueblo abandonando otro”.

Por eso, el camino que los une articula las voces de lo que ha sido y de lo que será.



Dirá el Hacedor de Textos para Infantes

Este libro existe en muchos libros. Algunos ya fueron escritos, otros están inundando pálidas hojas en este instante y los que faltan apenas se sueñan árboles de bosque en un desierto.

Del mismo modo esta historia se cuenta en muchos lugares del universo.



Incidentes que sugieren la llegada de algún diluvio

Un ángel muerto en el andén de la Estación Desamorada. Otro ángel muerto en el andén de la Estación del Olvido. Filo de alas contra los nubarrones de julio. Viejas vendedoras de mirra celebrando lágrimas arrinconadas en el templo. Un pasajero perdiendo la memoria en un tren demorado. Un artículo en el diario numerando estrellas. Viejas vendedoras de mirra, increpadas por el fuego de velas, dejando de llorar. Viejas vendedoras de mirra desarrugando polleras y rosarios para partir hacia los normales laberintos de la noche.



En las Tierras del Sinsentido

Transcribo: De golpe encuentro que debo encender el patitieso remanso crepuscular, conato fotográfico de enseñanza a través del andén y del cielo rezagado.

El Señor Entempiso se pone el gran corbatón turquesa como para enfundar grifos y moralejas de bronce. Cada retrato y cada folio de su guantera proviene del cuadriculado comando histórico - genealógico - tuitopoderoso del villorio. El buen Sir de Sinbondades gusta de sí mismo frente al fluorescente gotear de su bigote engominado.

La Señora-d-llaves, sin ser otra cosa que una escarapela desdibujada, condimentada por los dineros de los Buengusto, pone el collar de perlas sobre el zorro sin mayor ciencia que la otorgada por las tribus ciudadanas, antes atropelladas que vírgenes, que alternan la cultura de aquí con la barbarie de allá.

Se puede preguntar si además de la repugnante visión esmerilada del jugo medular usted entiende, sin más uso que el de su conocimiento, que todo esto es una deformación del juego de llaves que abrirá, tarde pero seguro, el secreto endiablado del relato de la desconocida vida inventada. Pero el Sir Entempiso es algo así como el posesivo sacerdote todopoderoso - hijo del Sir padre - cabeza visible y mandante de la Mamarrachería Pornográfica.

Usted ya puede ver que la Lógica no puede negar así porque sí tal calcada impostura nefrítica: más vale negar existencia de la razón que la de la pornográfica religiosidad de los Sires.

De todas maneras, recuerdo que estuve frente al Incinerador Colectivo aquella tarde disilábica. Allí se quemaron todas las resumidas y no resumidas ediciones de la historia. Se quemaron bajo la Gran Imagen de Piernas Cruzadas y Mirada Perdida. Bien, en aquella gran quemazón de lo populachero y sacrílego, donde a los Sires se les iban los ojos morbosos, alguien gritó el viejo dicho enciclopedista: “¡Que el Dios queme mis venas pero no mis conductos eyectores!”

Sin aquella vieja pornografía qué sería de los juicios nuevos. Sin aquella pirateada del Sir Entempiso no podría fundarse el nombre de toda la carroña que apesta en la contumelia.

Pero …de qué injurias se está hablando ?









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EL ACTO COMPLETO PUEDE SOLICITARSE A

UniF

u n i v e r s o f a b u l a r i o

...entonces cae la taza que fuera lanzada al cielo para crear el tiempo de esta historia; el fabulero la duerme en la palma de su mano, saluda ceremonialmente y se hunde en los caminos del desierto buscando un pueblo nuevo, un sueño viejo y los ecos de su sombra vivitante …
mientras la eternidad eterne.