Acto XI



La siniestra especulación de mirarme en los ojos.


Universo Fabulario / Teatro de Cuentos

Acto XI: DOMINIO DE LOS ESPEJOS


ÍNDICE & PULGAR

Dominio de los espejos
Evidencia de una mujer desnuda
Retorno
La medida de una voz
Quienpudiera
Algo
Sincronismos
He plagiado
Altares
Lenguantes
La Mirada
Semánticas
Efímeras




DOMINIO DE LOS ESPEJOS



(Sentados en una monótona grada de madera,
frente a una pared cubierta con espejos, Borges y Hozté.
Sólo la monotonía y Hozté se reflejan en esos espejos.
Borges, ya ciego, no admite la impostura de una imagen.
Es Hozté, tal vez, el que habla.)


Más tarde, cuando renuncie a observarme en un espejo, cuando dos veces yo ya no estemos frente a frente, tan sólo uno de nosotros recordará el incidente.
Sólo uno albergará memoria de esa noche, del aliento impregnado en el límite, de la forma que encarna la inquietud del alma en los reflejos del hombre.
Este portentoso apologista de apariencias no seré yo, sino el otro.

Después, cuando me oculte detrás de esas nubes grises en el cielo, no hallaré agobio en mí. No iré a ninguna parte pues no habrá lugar para un lugar. Seré, apenas, la impresión de un fenómeno que la óptica geométrica explicará por empirismos y que Borges balbuceará, a mis espaldas, desde la ceguera de los cuentos.






RETORNO

Dibuja un pequeño círculo de tiza blanca en la pizarra negra para ilustrar el sentido impuesto a las palabras que acaba de expresar: “El cielo rodea al mundo”. Después ahueca las manos y encierra entre los dedos la idea enunciada.
Desde el fondo del salón la miro hasta desnudar la razón de sus ojos. Ya hemos visto eso, ya lo hemos visto.
El cielo rodea al mundo.
Cuando nos caemos del mundo, nos caemos hacia el cielo.
Los ángeles son hombres caídos.
Después deja caer sus manos blancas de tiza.
Y me mira.
Mis pies buscan, entretanto, el modo de aferrarse al suelo.






LA MEDIDA DE UNA VOZ

Intento medir la longitud de la boca de las palabras.
Le pregunto a usted que las está viendo, ¿Cómo es la boca de las palabras? Porque a mí me hablan; me hablan las palabras. Y las escucho cuando me hablan. Y las veo, las separo una a una, al revés y al derecho. Me dicen cosas y entiendo lo que me dicen. Pero no puedo encontrar la boca de las palabras. Las miro con atención, leo los instrumentos calibrados con inútil empeño. Acaso estoy perdiendo la razón y alucino voces que no existen.
Le pregunto a usted que las está oyendo.






EFÍMERA

A veces, cuando muere una muerte en mil pedazos, un fragmento de su túnica de vientos nos da la efímera propiedad de una memoria: es entonces, el instante de vivir.
Después de este accidente sólo somos parte del aire en el que fluyen, ignorantes, incontables mariposas redimidas.








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EL ACTO COMPLETO PUEDE SOLICITARSE A

UniF

u n i v e r s o f a b u l a r i o







...entonces cae la taza que fuera lanzada al cielo para crear el tiempo de esta historia; el fabulero la duerme en la palma de su mano, saluda ceremonialmente y se hunde en los caminos del desierto buscando un pueblo nuevo, un sueño viejo y los ecos de su sombra vivitante …
mientras la eternidad eterne.