Acto XX


Un hombre arrastra un libro por las calles de Melincué.
El libro está abarrotado de cadáveres.
Si la gente en las calles no ve al hombre ni al libro: entonces,
¿para qué ahogar su contenido en la laguna?
(Benedicto Espinosa, Reescritor, citado por Benedicto Espinosa, Reescritor en TRATANTE DE AGUAS. Melincué: Ediciones Facticias.1959)



Universo Fabulario / Teatro de Cuentos
Acto XX: TRATANTE DE AGUAS
Fragmentos de un cuaderno de muertos,
fragmentos que se corrompen, obviamente,
algunos domingos por la tarde.






ÍNDICE & PULGAR
Febrero 12
Pájaros que vuelan
Septiembre 23
Retratos hablados
Abril 18
Entrópicos
Marzo 14
Algo más acerca de los escritores de Obnúbila
Julio 03
Celebración del fabulero
Abril 31
Oculta
Junio 31
Amante blanca
Marzo 28
Impuntualidad
Abril 11
Ni hablar del habla
Lunes 13
Las ciudades
Octubre 05
Duele el agua
Viernes 20
Le hablaré
Jueves
Miércoles
Martes
Octubre 14
Diciembre 31








FEBRERO 12
Que la muerte sea verdad.
Y estar ahí para vivirlo.






PÁJAROS QUE VUELAN

El día en que murió Espinosa pregunté por los pájaros que vuelan en los velorios. Me dijeron

Le digo que los pájaros existen en el mundo para volar en los velorios, para eso existen los pájaros. Y también le digo que a cada muerto le toca una especie de pájaro. Puede ser, puede ser. Yo he visto bandadas, con mis propios ojos, volando encima de los velorios. Y también he visto, otras veces, un pájaro solitario por el aire del lugar. Verdad dice usted, razones tiene el vuelo solitario y razones tiene el vuelo en bandada, razones que hay que ver con respetuoso silencio. Por eso debe ser que dicen que uno se muere para volver a las bandadas. Pero dicen que es el pájaro quien elige al muerto, el muerto no elige al pájaro. El muerto no.

Pregunté por la migración del alma hacia los pájaros. Me dijeron

Mi madre contaba que el alma se va hacia el pájaro y que así se hacen los ángeles del Señor y que entonces se suben hasta el cielo. Eso les digo, el ángel es un pájaro con alma. Y los ángeles caídos son el regreso de los pájaros al mundo. Los ángeles caídos son una especie de pájaro, pero no sé cuál. Puede ser, puede ser, pero ya no veo yo, ya no veo pájaros volando en los velorios de los hombres que se mueren. Yo le digo que el alma de los hombres ahora marcha hacia la nada, por eso ya no los ve.

Pregunté si el pájaro tiene conciencia de esta migración. Me dijeron

Yo no sé si el pájaro sabe, tampoco sé si el muerto sabe, pero me ha dicho alguien que sabe que a veces el pájaro recuerda al hombre. Y lo recuerda en la lengua de los pájaros. También dicen que los ojos del pájaro abren la mirada del muerto y que entonces el muerto ve y su alma se va hacia el pájaro. Los pájaros observan el mundo. Yo creo que los pájaros nos observan cuando andamos por el mundo. Yo creo que el pájaro nos mira, día tras día, desde la ventana de nuestra casa. Yo creo que el pájaro nos mira desde la jaula en la que lo hemos encerrado. Y cuando el pájaro se muere en la jaula es un pájaro asesinado.

Pregunté si uno está muerto cuando ya ningún lenguaje tiene significado, cuando la noche ha mitigado el olor de las palabras.
Pregunté si hay palabras esquinadas que miran pasar las sombras, si la forma de un lenguaje, un pájaro, observa los pasos perdidos.
Pregunté por el esplendor final de los refugios y si el alma de los pájaros construye una voz para nombrar el cielo y crearlo.
Pregunté por qué mañana me voy a despertar sin sueños, con apenas una sensación de vacío, como suspendido en el aire de ningún lado.
Pregunté por las marcas en la tierra que acaso no sabré leer.
Me dijeron

Uno está muerto cuando ya ningún lenguaje resulta comprensible.

Sólo chillidos acusan mi presencia, chillidos de mí, mis chillidos.
Entonces miro y no sé qué estoy mirando. La cosa muda de pronto enuncia y todo lo que habitaba en mí se marcha a morar en otros recuerdos.

Los ojos del pájaro (alguna vez conocí el nombre de esa especie) se posan en mi frente. Una de las viejas que hablaba alrededor del que fui besa algo de mí, algo que tal vez, pueda ser mi alma.
Después, apenas hay silencio.


En ese mismo momento ella se posó,
a su manera desmañada y grácil,
y plegó sus alas.
¿Lo sospechaste?, preguntó.
(John Crowley, Exogamia)








ABRIL 31
“No confíen en el narrador, confíen en el cuento” dice el narrador cada vez que cuenta.








AMANTE BLANCA

El día en que muere Espinosa, Ernestina Quiroga, profesora de literatura del Colegio Normal de Melincué, adquiere en la librería de usados un ejemplar de “Cosmos” de Gombrowicz.
Camino a la casa de Benedicto, destinatario del libro, apunta un pensamiento en la segunda hoja de su cuaderno de notas. La vieja Parker destila:
“Atroz amante de los aullidos del silencio, la muerte nunca deja que terminemos nuestro mejor cuento. Por eso nos espera, desnuda y siempre, en cada hoja en blanco, en cada muerte.”
Aún no sabe Ernestina Quiroga, mientras regresa su Parker al bolso, aún no sabe.
Ernestina Quiroga, profesora de literatura del Colegio Normal de Melincué, nunca terminará el camino. Nunca nadie saldrá a su encuentro. Alguien escribirá un cuento que, parodiando eternidad, jamás será escrito en Melincué.


En el sueño, abría la puerta y no había nadie:
sólo una página en blanco.
(Pedro Orgambide, El escriba)







IMPUNTUALIDAD

Paradoja del barrio: el día que murió Espinosa su vecino lo esperaba para beber unas cervezas en el club de bochas acumulando rencor y alcohol ante la ya clásica morosidad de Benedicto.

Sorprende la idea de llegar tarde al último día del mundo o al último día de vida. Hay un rasgo de inmortalidad en todos los impuntuales.


“¿Os dolió volveros inmortal?”, dije.
“Ni me enteré”, dijo él.
(Alasdair Gray, Cinco cartas
de un imperio oriental)








DUELE EL AGUA

Estaba toda mojada. Las piedras de la playa asomaban sobre el agua para verla. Estaba toda mojada y desnuda. Los flamencos estiraban sus pescuezos para verla. Estaba toda mojada, desnuda y muerta. Ese día moría Espinosa y ella ya estaba muerta. Los Tratantes de Aguas llegaban para verla: duele el agua menos que el fuego, pero pudre más.


Es más fácil liberarse del alma que del cuerpo.
(Rubem Fonseca, Libre albedrío)








DICIEMBRE 31
No importa que el mundo se termine.
Mientras a mí no me afecte.











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UniF

u n i v e r s o f a b u l a r i o







...entonces cae la taza que fuera lanzada al cielo para crear el tiempo de esta historia; el fabulero la duerme en la palma de su mano, saluda ceremonialmente y se hunde en los caminos del desierto buscando un pueblo nuevo, un sueño viejo y los ecos de su sombra vivitante …
mientras la eternidad eterne.