TEATRO DE CUENTOS / Acto VI


Tu creencia sabe a humo de infierno.


Universo Fabulario / Teatro de Cuentos

Acto VI: NARRAR LA MUERTE


ÍNDICE & PULGAR

Veo costas
La verdad
Narrar la muerte
Al acecho de Blaisten
El tablero del juego
El juego en el tablero
Preludio de la noche
DiHoz
Instrumentos del árbol
La costilla del Hombreazulon
Instrumentos del aire

Instrumentos de la memoria
La horca anda




LA VERDAD

Tal vez, sólo el silencio pueda contener a la verdad. Todo enunciado la falsifica o ningún enunciado la traduce.
Pero al fin, ¿qué imperio funda la verdad?





APUNTES PARA LA CREACIÓN DE UN PEQUEÑO UNIVERSO INFINITO (6,28)

NARRAR LA MUERTE: ¿En cuántos años madura la escritura de un relato?

6. La luz del día se apaga cuando falsea la noche el imperio de una sombra.
Los libros todos enuncian la metáfora de un templo donde se desdice el vacío de los fieles. Médula de los pecados. El dedo santísimo presiona las gargantas, del dolor sangra una apariencia. Dios descansa en la cruz el peso de su viento.
Escriben los ciegos las coordenadas reveladas. Siembran tinta y bibliotecas: he aquí la fuerza del sermón.
Mas el poder no brota en tales escrituras, fecunda en las creencias que fabulan sus lectores.
Vigilar y temer. La pesadilla no puede escapar del cementerio.


7. El luto encarna en los dedos y se refugia detrás de la escritura negra.
Por el último verso, en el lecho del amor estanco, la pradera oscurece el cuerpo de una hembra dormida.
Sin olfatear el límite de sus piernas muere el firmamento y palidecen las lunas de los espejos.
La lengua fugaz de una galaxia limpia de nombres mis labios y el frío de mi cuerpo satura el universo.
El infinito es una intuición poética: el mundo está velado por la niebla de nuestros precarios sentidos.


8. Un pedazo de Hacedor se desprende del cielo.
Un pedazo de cielo se desprende del Hacedor.
Lo desconocido es un lugar vacío, la nada que lo habita otorga entidad al pánico de nuestra caída.
No llevamos la cruz, llevamos la luz: luciferes somos.


9. El terror a la evidencia de nuestra muerte nos transporta al escalofriante sueño de soñarla.
Este sueño es una ficción del aire respirado, la duda de los espejos en la vigilia.


10. Nos negamos a escuchar la voz del moribundo por temor a sus anuncios.


11. La sociedad oculta a los moribundos. Los descubrimientos que estos viajeros prometen pueden trastocar los templos.


12. Nuestras iglesias aúllan credos y castigos para acallar el canto de los muertos.


13. La muerte es la llave de la Negra Caja sin cerrojos.


14. La muerte del otro confirma la nuestra. La negación de este horizonte funda la indiferencia ante las tragedias del mundo.


15. Abre la justa boca del silencio, pule una palabra. Ventanas allá, el imponente vivitar del tiempo.
A la Ella escribe y cuenta, mas no mira sus ojos, ni su sombra.
Brilla la palabra y amanece: pequeño amanecer, modesto sol, ínfima humanidad.
A la Ella narra el olvido. La cuento-historia de encontrar la huella y dejar atrás, sobre desierto, un cuerpo que se aleja.
Abre la justa boca del silencio, pule una palabra. Narrar la muerte disimula su imperio.


16. La palabra que nombra a la muerte es el eco volcánico del pensamiento original.


17. Lo conocido es la apariencia del hombre. Lo desconocido desconoce al hombre y lo aniquila.


18. La noche es insuficiente, más sombra requieren los sueños de mi muerte.


19. Más izquierda, más siniestra la mano que narra palabras del abismo.


20. El silencio y la sombra rodean mi voz: todo escucha, emboscada.


21. Animal que duerme sin cuerpo resiste el suplicio de su libertad.


22. Gira la llave en la piedra, herida que atrae al cadáver de una montaña.


23. El hombre ya estaba muerto cuando Dios narró el paraíso.


24. Peces atrapados en las raíces del bosque. Desgarrar la nave de las ruinas.


25. Roja mancha que crece y crece hasta cubrir la daga. Desangra el laberinto, la puerta se abre, la vida huye, la muerte respira.


26. Insurrección, la carne de los pobres se niega a morir. Las leyes no alteran la marcha. Las balas no frenan la marcha. Las armas pierden la vida, amontonan cementerios.


27. Eres libre, puedes no estar cuando amanezca. Él llegó. El sol no vino.


28. El lenguaje es la creación más poderosa del hombre. Dice “matar” y altera de modo irreversible el futuro. Dice “hágase” y altera de modo irreversible todo el todo.
Mientras tanto, el universo no distingue las mentiras enunciadas: el universo siempre cree.
Es el lenguaje el que no cree en sus propias palabras.




INSTRUMENTOS DEL ÁRBOL

Eva se niega a comer el fruto del árbol.
Dios, desesperado, no halla argumentos para someterla: el libro que está escribiendo puede terminar en un fracaso editorial.
Eva se niega a comer el fruto del árbol. Tampoco acepta la hamburguesa y rechaza el vaso de Coca-Cola.
Dios no puede disimular su impostura y anda por el huerto de Edén a los gritos ¿Dónde estás tú? ¿Dónde estás tú?.
Tras el tronco del árbol, Adán pisa la cabeza de la serpiente y mira a Dios con su mejor sonrisa de espantapájaros.




LA COSTILLA DEL HOMBREAZULON

Ahora se sabe: Dios toma la tilde del hombreazulon para crear a La Varona.
No usó una costilla, no. Las radiografías dan prueba.
No usó una costilla, no.
Además, la escritura de La Varona expresa la verdad:
1. Diós no es la palábra, es úna palábra.
2. La muérte de Diós da cáusa al princípio: Diós colápsa, explóta y escríbe el univérso.
3. La muérte de un hómbre da cáusa al finál: la muérte de un hómbre da nómbre a la muérte.





INSTRUMENTOS DEL AIRE

Hay un espejo. El espejo contiene al reflejo de una ventana. Este hecho es verdadero y falso en el tiempo. Este hecho es verdadero o falso en el espacio. Mas si se admite racionalmente que un espejo no es continente todo se diluye en la incoherencia de la expresión. La expresión es posible en el lenguaje e imposible en la materia. Pero hay un espejo y el ojo rectangular de la ventana que refleja está saturado de cielo negro.
Desde el cielo negro cae una sombra negra. Por unos instantes habita en el cielo de la ventana que se refleja en el espejo.
Hay una sombra cayendo del cielo. La sombra cae a los pies del relato y devora su sombra. La sombra que cayó del cielo ahora es la sombra del relato.
Al ser devorada, una sombra, no sangra oscuridad, sencillamente desaparece. Hay una sombra a los pies del relato y hay una sombra desaparecida.
Si el relato se mueve en el espacio del lenguaje la sombra plagia coordenadas de posición. Si el relato se mueve en el tiempo la sombra intuye el futuro y adquiere significado.
¿Es el tiempo un fenómeno?
Navarro colma de tinto vino las cuatro jarras.
Me pasa la primera.
Alcanza la segunda a Castaneda.
La tercera le pertenece.
La cuarta, como siempre, es para la tierra del mundo y queda en el borde abismo de la mesa.
¿Es el tiempo un fenómeno?

En las carpas de un desierto alguien demostró que el ojo no ilumina a los objetos. Quienes desconocen este hecho suelen creer, todavía, que el ojo ilumina al objeto. El ojo mira, ilumina y significa al objeto.
En aquellas carpas el objeto ilumina al ojo. El ojo aísla al objeto y la mirada lo significa. El objeto resulta significado en ambos casos y quienes se afanan en cifrar entidades no debaten acerca de la luz. No. Esta es la omisión que no ha sido perdonada.
El color de un objeto no es una cualidad del mismo sino de la luz que lo ilumina. No es roja la sangre de los hombres. El ojo suele percibir ese color si la luz que ilumina la sangre es blanca. La sangre no soporta el rojo y lo rechaza.
¿Es la mirada un fenómeno?
La luz es creada en el tinto vino de esas jarras.
Bebidos, Navarro y Castaneda caminan abrazados por el filo justo de los horizontes.
El mundo y yo celebramos.
¿Es la mirada un fenómeno?








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EL ACTO COMPLETO PUEDE SOLICITARSE A

UniF

u n i v e r s o f a b u l a r i o


...entonces cae la taza que fuera lanzada al cielo para crear el tiempo de esta historia; el fabulero la duerme en la palma de su mano, saluda ceremonialmente y se hunde en los caminos del desierto buscando un pueblo nuevo, un sueño viejo y los ecos de su sombra vivitante …
mientras la eternidad eterne.